miércoles, 1 de septiembre de 2010

MI CAMINO

Aparte de que mi historia se llame "mi camino" con ella también pongo una piedra más en el mío. Una de las últimas de este increíble y también agotador camino... He escrito y desechado tantas en este mes que ya dudo si esta es la mejor, o menos mala, de todas ellas, pero al final es la elegida, así que aquí os dejo con ella... aprovecho para daros las gracias a todos una vez más... SOIS INCREÍBLES!!!


MI CAMINO.



Es el séptimo año que lo hago, parece mucho sí, no para mi. Me pasa algo que no sé muy bien lo que es, no sé si es locura, intuición o una imaginación desbordante, pero a mi me gusta que me pase, me gusta verme diferente, no se lo digo a nadie claro, tampoco estoy tan loco. Digo que me gusta porque es como si alguien te contase un cuento, en este caso seguramente sea mi cabeza la que habla pero en el fondo aunque nadie me creyese sé que no es así.
Voy a Cirueña, por ejemplo, y toco este impresionante rebollo y de pronto lo oigo, oigo a la gente, gente que se ha enamorado, que se ha besado por primera vez en este trozo de corteza que toco, y oigo esa conversación tan clara como si fuesen a mi a quién hablasen, puede que por eso, piense que estoy loco, pero juro que lo oigo.
Pues bien, es mi séptimo año, séptimo camino de Santiago, séptimo en recolectar las historias que han dejado otros, y aquí me hallo ahora, en una de mis etapas favoritas, en La Rioja, por riqueza de su historia, por amor a su gente, a su olor, a su camino. Historia de prerromanos, romanos, árabes, historia de supervivencia cuando no estaba todo tan claro como ahora, por donde ir, por donde no, lobos, ríos que cruzar, pero sobre todo, la caridad, los toques de cuerna y campanil, los pasos del santo del Abraham de La Rioja, en busca de aquellos peregrinos perdidos y con esperanza en sus ojos.
Aquí me hallo pues, un poco alejado de la ruta convencional saboreando un buen tinto en un pequeño y acogedor lugar, que a ciencia cierta sé estuvo repleto de gente de campo, buena y afable, que conversaba con la tranquilidad que te da vivir pegado a la tierra y de repente los oí, bueno le oí, a un sabio iletrado, ilustrando a unos necios sabios con el poder que te dan las palabras categóricas, con la fuerza de un roble.
“Acaso no ves lo que yo veo, ¿no sientes lo que yo siento? Sí, es verdad, hombre culto y refinado, sabes más mucho más, pero ¿que más da? ¿Sabes algo de la tierra, sabes oírla hablar, ver como respira?,¿ sabes hundir la mano en esta arena caliente por el sol y notar su corazón?. No sabes, no sabes ni distinguir entre garnacha y tempranillo, y crees que eso me importa, ¿me creo acaso más sabio?. Yo oigo lo que esta tierra me dice, lo que el ser vivo de mi tierra, mi gran tierra riojana me transmite. Me siento un árbol, bien hundida mis raíces en ella, la siento temblar y sufrir, llorar y reír. Mis ramas se agitan al son de su viento, y tú hombre de ciencias, ¿acaso la notas vivir? ¿te habla a ti? entonces,¿ porque te ríes de mí?.Yo no quiero más y soy feliz, sin embargo te envidio y admiro, pero no me río.”
Sentí un escalofrío recorrerme la espina dorsal y sonreí, supe entonces que una vez más este no iba a ser mi ultimo camino, alguien abrió la puerta de la calle y unas ultimas palabras de aquel gran hombre, cargadas de pesadumbre, llegaron a mi..”¿y quien le hablará al campo cuando yo no esté?”


Y no se os olvide el votito diario...:-) QUIERO VOTAR

1 comentario:

  1. El Camino. esa senda que tanto se parece a la vida misma, se hace camino al andar y el destino no existe hasta que todo termina.
    El juego de la Oca bajo la Vía Láctea donde todos compartimos las mismas piedras y bebemos del mismo rió...

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